En las ciudades españolas cada poco llegan a casa esos panfletos de publicidad del super, no del clásico de tu barrio sino de ese tan molón holandes o alemán. Siempre con comida rara o con cacharros de dudosa calidad pero que es dificil encontrar en otros sitios.
Sabes cuando vas al Lidl o al Aldi y te compras esas cervezas o esas salchichas supuestamente bávaras o esas galletas danesas de aspecto tan tradicional… pues lo mismo te pasa en Viena cuando estas comprando cosas tan acojonantes como estas:
Té catalan con molinos manchegos y natillas marca «Hola!» con foto de torero incluida, no vaya a ser que nos pasemos de sutiles a la hora de hacer las cajas y los centroeuropeos no se crean que es realmente español.
Dicho esto… llevarán dragones los paquetes de tallarines chinos, en china???
Pasar tanto tiempo fuera de casa tiene estas cosas y a mi me resulta muy interesante ver como somos a ojos de los centroeuropeos. Habrá que seguir bailando flamenco y bebiendo sangria… OLE!