… debajo de la máscara, claro.
Vivir en China supone aceptar cosas que están por encima de tu control, es un país enorme con 1300 millones de habitantes y tu, demonio occidental, no tienes mucho derecho a protestar, acéptalo.
Por eso cuando llega el invierno y todo el mundo se abriga ves que unos cuantos, además, se ponen la máscara y empiezas a investigar lo que no has querído ver antes. Los niveles de contaminación en Shanghai son muy altos en escala China y una locura en términos europeos, así que empiezas con una app para ver los niveles AQI y desde ahí la locura, depuradores de aire en casa, máscaras N95 o N99… hasta que aterrizas y al poco tiempo lo has normalizado todo.