Así sin muchas sutilezas.
Este post puede contener trazas de incongruencias, momentos moñas, de falta de nexos y hasta fallos de raccord. Lo llevo escribiendo 9 meses en mi cabeza y a trozos en el blog, este post es para mi solo pero es posible que hasta lo publique y por eso aviso.
Mierda! ahora qué hago.
Yo, en marzo
Cosechar fresas
No literalmente.
Cuando tienes mucho tiempo pero no tienes fuerza, planes o ganas las paredes se te pueden caer encima. El juego creado por Eric Barone es de esas actividades que te llevan de la mano, te ayudan a relajarte y te dejan siempre un poco mejor de como empezaste.
Stardew Valley es un juego indie que tiene pinta de ser un triste simulador de granja con apariencia 16bit pero es mucho, mucho más. El trabajo puesto en este proyecto tiene una intrahistoria apabullante y el propio desarrollo del juego te guia durante horas y horas. No soy el primero en contar cómo este juego les ha ayudado a superar malos momentos y no creo que sea el último.
Sin orden ni concierto
En junio no sabía cómo contarlo pero quería soltar algo de presión y me salió esto: vuelta a empezar
Han pasado 6 meses desde entonces y 9 desde que todo se torció. Todos lo que me conocéis bien sabéis qué pasó y al resto os da un poco igual pero el que quiera saberlo que pregunte, no soy persona de secretos.
Los cambios de este nivel tienen un coste complejo de presupuestar en tantos aspectos que literalmente he llegado a pensar en poner todas las ideas en una hoja de cálculo y tratar de medir el impacto pero esa visión de conjunto me asusta un poco y lo he dejado al territorio de la memoria que tira de mecanismos de defensa porque, para bien o para mal, mirar a los ojos de este año es duro y las navidades es un contexto que no ayuda. Algún día hablaremos de cómo estas fechas son una especie de juego de suma cero con la alegria, tristeza y salud mental de la gente.
Por partes
He tardado un buen rato en repasar la línea temporal para tener todo claro porque no te levantas de algo así y sigues por la vida tras sacudirte el polvo. Hasta agosto estuve dando vueltas tratando de encontrar el camino de vuelta a la vida real y sin vergüenza alguna pidiendo ayuda a todo el mundo a mi alrededor. Mucha gente me ha ayudado, muchos me han sorprendido y muy pocos me han decepcionado, si algo he sabido hacer en mi vida es rodearme de buena gente, pocas veces me he equivocado.
En esos meses cada capítulo tiene nombre de momento, persona o lugar, muchos son claros y públicos, otros son tristes y otros tan privados que los guardo solo en mi memoria. No quiero olvidarme de nadie y que me perdone si pasa pero Xiaoyu, Michael y Kseniya en Shanghai; mis padres, Zara y Laura en Valladolid; Ruben y Ceci en Madrid; Álvaro en Bilbao; Julia en Graz; Verena y Jelena en Viena; Petra en Kramsach; Phillip y Laura en Munich; los dollies, Marija, Tamara, Mau, Anda, Sveta… en Belgrado; Oscar y Maria en Barcelona; Rafa y Moi en Sevilla; David, Mario y Javi en la Crónica, es la ruta de gente y lugares que me dieron el tiempo y el cobijo para volver a andar.
Un techo, una mochila y un escenario distinto
Con una idea ya en la cabeza empiezas a juntar piezas y añadí un techo, de vuelta en Valladolid después de 10 años. No solo la cercanía a casa y familia, la geografia y la facilidad de esta ciudad ayudan mucho a tener tiempo para pensar pero aún no podía estar quieto más de 3 semanas.
Agosto en Budapest y Transilvania para reencontrame con Ozgür, un amigo de esos a los que ves 1 vez cada 3 años y es como si no pasara el tiempo. Para plantarle cara a la soledad y con Anda y Alex, Sabin y Paula y el Smida Jazz de fondo para terminar de reencontrar paz interior estando perdido por el este de europa.
Ganarás el pan…
Esto era lo único que tenía claro desde el principio, me habian explicado que esto era un problema conmigo pero ni era verdad, ni era justo, ni iba a tardar mucho en demostrar que otra cosa no pero la confianza en salir adelante se me caía de los bolsillos.
Lo profesional y lo personal se me ha ido cruzando durante los años por mi forma de ser y salvo en un caso que todavía no acabo de entender del todo siempre para bien. La comunidad de WordPress empezó siendo un grupo útil para resolver problemas laborales y ha acabado siendo parte de mi nucleo más cercano y en momentos dificiles siempre están ahí: Álvaro, Rafa, Fran, Ignacio, Rocio, Joan, Isis, José son ya parte de mi día a día.
Este año, además, la terapia de WordCamps ha sido de shock, me ha ayudado como pocos y no puedo tener más que palabras buenas para la comunidad WordPress española y europea. Por el blog andan los resumenes de Bilbao, Europa, Sevilla, Barcelona y Granada y lo importante que es la gente que allí encuentras: Ana, Angel, Dani, Guille, Mau, Ibon, Pablo, Sveta, Carole, Mayo, Anastasios, Remkus… y muchos otros que se me olvidan. Muchas gracias!
Además he podido encontrarme con la comunidad WordPress de mi propia ciudad, una espina que tenía clavada desde hace muchos años y que empieza a cicatrizar.
Y lo mejor llegó al final, después de tantos años la oportunidad y la casualidad aparecen y nació GIGA4 como lo que es hoy en día, mi mejor noticia de 2018 y el proyecto más bonito para 2019.
Nuevo plan
Superar los 61000Km que he hecho este año va a ser dificil pero esta claro que un nuevo plan está por llegar, con todo lo aprendido, todo lo sufrido y todo lo disfrutado este año lo encaro más ligero que nunca, he aprendido que las cosas importantes en tu vida deberían poder entrar en una mochila pequeña porque casi todo lo importante no pesa, lo puedes almacenar en 0 y 1 o no puedes llevartelo.
2019 lo tienes muy fácil
No me decepciones.