Calor y piedra brillante en dubrovnik

Como durante todo el viaje, en Dubrovnik nos alojamos en un apartamento alquilado a una familia croata. En este caso, como de costumbre, el trato impecable aunque un poco mas lejos del centro que las dos veces anteriores y eso se nota porque dubrovnik es una escalera continua.

Escaleras croatas (by Weiko)
Contruida al abrigo de montañas, la ciudad es un continuo de escaleras y rampas y en días de 32 grados se nota. Otra cosa es que le echáramos valor y al asunto y nos pateáramos las murallas enteras y al sol del mediodía. Sudores aparte la visita es obligada, la labor de reconstrucción de la ciudad es imponente y el resultado es que no parece que hace 15 años fuera casi totalmente destruida por la guerra de los Balcanes.

Amurallados (by Weiko)
Como dice el titulo, la piedra, blanca y brillante es protagonista, especialmente en días soleados donde la ciudad tiene un brillo cegador que llega a convertir el suelo de la calle principal en un espejo.
Especialmente recomendable si se quiere ir a fotografiar la ciudad es evitar el mediodía, normalmente es mejor evitarlo, pero en dubrovnik es casi imprescindible si el sol da de lleno.

DSC 9254-116 (by Weiko)
Para cerrar la estancia en «la perla del mediterraneo» nos volvimos al mismo restaurante de la noche anterior, magnifica comida, precio, calidad y en pleno puerto antiguo de la ciudad.